Los vertidos en nuestra costa siguen contaminando el medio marino.
Así lo demuestran los procedimientos de infracción emprendidos por las diferentes comunidades autónomas con litoral. La directiva europea 91/271/CEE sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas señala en su artículo 4.1 que los Estados miembros velarán por que las aguas residuales urbanas que entren en sistemas colectores sean objeto, antes de verterse, de un tratamiento secundario o de un proceso equivalente, en las siguientes circunstancias: a más tardar, el 31 de diciembre de 2000 para todos los vertidos procedentes de poblaciones con más de 15.000 habitantes; a más tardar, el 31 de diciembre del año 2005 para todos los vertidos procedentes de poblaciones entre 10.000 y 15.000 habitantes y a más tardar el 31 de diciembre de 2005 para los vertidos en aguas dulces o estuarios que procedan de poblaciones que tengan entre 2.000 y 10.000 habitantes.
La contaminación constituye el mayor factor de degradación de las costas y el medio marino.
La diversidad de compuestos químicos en forma de residuos que genera la actividad humana se acerca a los 100.000. El concepto de dilución no funciona: el mar no tiene capacidad de absorber y diluir la cantidad de vertidos que generamos. Las sustancias persistentes tardan décadas en degradarse en el medio marino, y tienden a acumularse en los tejidos de los organismos.
El objetivo de las políticas contra la contaminación debe ser el vertido cero y la instalación de sistemas de producción limpia, es decir la eliminación en origen del problema. La normativa existente sobre contaminación tanto terrestre como marina, ha avanzado mucho en los últimos años, pero en nuestro país, lo ha hecho sobre el papel, porque su puesta en marcha es otra cuestión bien distinta.
Prueba de ellos son las sanciones y amonestaciones que recibimos constantemente de la Unión Europea por el incumplimiento de la normativa sobre calidad de aguas, que incluye las directivas europeas que regulan las aguas de baño, el agua potable, las aguas residuales urbanas, los nitratos y los vertidos de sustancias peligrosas. Los importantes focos de Huelva, Bilbao, Tarragona o Algeciras son las puntas del iceberg de cientos de puntos no tan llamativos pero que destruyen la vida marina igualmente.
Existen un gran número de protocolos internacionales para luchar contra la contaminación marina. España ha firmado la mayoría de ellos, pero todavía no ha ratificado alguno de ellos, paso necesario para que entren en vigor.
Así lo demuestran los procedimientos de infracción emprendidos por las diferentes comunidades autónomas con litoral. La directiva europea 91/271/CEE sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas señala en su artículo 4.1 que los Estados miembros velarán por que las aguas residuales urbanas que entren en sistemas colectores sean objeto, antes de verterse, de un tratamiento secundario o de un proceso equivalente, en las siguientes circunstancias: a más tardar, el 31 de diciembre de 2000 para todos los vertidos procedentes de poblaciones con más de 15.000 habitantes; a más tardar, el 31 de diciembre del año 2005 para todos los vertidos procedentes de poblaciones entre 10.000 y 15.000 habitantes y a más tardar el 31 de diciembre de 2005 para los vertidos en aguas dulces o estuarios que procedan de poblaciones que tengan entre 2.000 y 10.000 habitantes.
La contaminación constituye el mayor factor de degradación de las costas y el medio marino.
La diversidad de compuestos químicos en forma de residuos que genera la actividad humana se acerca a los 100.000. El concepto de dilución no funciona: el mar no tiene capacidad de absorber y diluir la cantidad de vertidos que generamos. Las sustancias persistentes tardan décadas en degradarse en el medio marino, y tienden a acumularse en los tejidos de los organismos.
El objetivo de las políticas contra la contaminación debe ser el vertido cero y la instalación de sistemas de producción limpia, es decir la eliminación en origen del problema. La normativa existente sobre contaminación tanto terrestre como marina, ha avanzado mucho en los últimos años, pero en nuestro país, lo ha hecho sobre el papel, porque su puesta en marcha es otra cuestión bien distinta.
Prueba de ellos son las sanciones y amonestaciones que recibimos constantemente de la Unión Europea por el incumplimiento de la normativa sobre calidad de aguas, que incluye las directivas europeas que regulan las aguas de baño, el agua potable, las aguas residuales urbanas, los nitratos y los vertidos de sustancias peligrosas. Los importantes focos de Huelva, Bilbao, Tarragona o Algeciras son las puntas del iceberg de cientos de puntos no tan llamativos pero que destruyen la vida marina igualmente.
Existen un gran número de protocolos internacionales para luchar contra la contaminación marina. España ha firmado la mayoría de ellos, pero todavía no ha ratificado alguno de ellos, paso necesario para que entren en vigor.
España fue denunciada por la Unión Europea por la aplicación incorrecta de esta directiva el 23/10/2001 (número de causa C-419/01). A finales del año 2000, todavía 30 municipios españoles incumplían esta normativa. La Unión Europea, a través de la Comisión de Medio Ambiente, decidió el verano pasado llevar a España ante el Tribunal de Justicia por incumplimiento de la Directiva sobre agua potable, debido a problemas de contaminación en el acuífero del Baix Ter (Catalunya) . Igualmente la Unión Europea envió un dictamen a España por infringir la Directiva sobre aguas de baño en varias playas de Galicia, concretamente las playas de "Videira", "Niño do Corvo" y "Canabal" en la Ría de Vigo. En Pontevedra, el pasado mes de junio, la Xunta de Galicia permitió el vertido de las aguas residuales sin depurar directamente a la ría con motivo de las obras de ampliación de la depuradora de Placeres. Otro de los ejemplos más preocupantes lo encontramos en la Isla de Gran Canaria, donde más del 50% de las aguas negras que produce la ciudad de Las Palmas son bombeadas directamente al mar sin ser depuradas, a pesar de la ciudad cuenta con una depuradora financiada con fondos europeos. Este hecho ha sido denunciado ante la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea, que pidió información sobre estos hechos al Gobierno español, datos que España no ha facilitado una vez transcurrido el plazo de dos meses, enfrentándose ahora a una posible sanción. Otra sanción de la que estamos pendientes es la que la Unión Europea reclama ante el Tribunal de Justicia de la UE para España: 45.600 euros por cada día que España siga incumpliendo la directiva de aguas de baño interiores . A pesar de que existe una sentencia desde 1998, que obliga al Estado Español a cumplir dicha directiva, no parece estar entre las prioridades del Gobierno librarnos de semejante multa.
A la mala situación de las aguas costeras, hay que añadir la contaminación ocasionada por los vertidos de petróleo, hidrocarburos y otros combustibles.
En España existen 300.000 vertidos de aguas residuales, de los que 60.000 son directos. Algunas de estas aguas, están tan contaminadas, que a pesar de ser depuradas, no pueden reutilizarse, como en el caso de Castellón, donde la concentración de metales pesados es tan elevada, que impide su posterior uso agrícola. Se está actuando tarde, y para colmo, mal en algunos casos.
Estas son algunas de las soluciones que propone Greenpeace para acabar con la contaminación que afecta a nuestros mares y costas:
· Cumplimiento de los acuerdos internacionales para luchar contra la contaminación marina.
· Cumplimiento de los acuerdos internacionales para luchar contra la contaminación marina.
· Prohibición de los vertidos de dragados en el mar.
· Vertidos desde buques: recogida en tierra de las basuras y de las aguas de limpieza de tanques.
· Basuras: políticas de reciclaje y reutilización; no ubicar vertederos en zonas costeras.
· Depuración terciaria de las aguas residuales urbanas.
· Desnuclearización del mar.
4 comentarios:
y pensar que mi familia, mis hijos y yo nos bañamos en esas playas. ¿cómo puede ser esto bueno para la salud?
Está claro que el medio ambiente no preocupa lo suficiente como para evitar este tipo de cosas.
Iglaterra tira millones de litros de leche al mar, pero creo que eso no contamina
Sí, menos mal que la leche no contamina pero seguro que afecta al medio marino. El problema de todo esto es que creemos que el mar es un vertedero y que diluye todo lo que echemos, pero eso no es cierto.
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