La Justicia de Argentina ha condenado a cadena perpetua al sacerdote católico Christian Von Wernich (también conocido como "el cura del diablo"), el primer religioso sentenciado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar (1976-1983).
El ex capellán de la policía de la provincia de Buenos Aires, de 68 años, fue condenado a la máxima pena prevista por las leyes locales por participar en siete homicidios calificados, 31 casos de tortura y 42 privaciones ilegales de la libertad. Es la primera condena contra un miembro de la Iglesia argentina.
La sentencia fue impuesta por el mismo tribunal que en 2006 condenó a prisión perpetua a un ex policía al cabo del primer juicio oral y público por violaciones a los derechos humanos celebrado tras la anulación parlamentaria de las "leyes del perdón", que habían librado de responsabilidad a más de un millar de represores.
"Todos los hechos referidos son delitos de lesa humanidad cometidos en el marco del genocidio" perpetrado en Argentina durante el último gobierno de facto, señaló el presidente del tribunal, Carlos Rozanski, tras enumerar los casos por los que fue sentenciado el sacerdote. El histórico fallo fue celebrado ruidosamente por integrantes de organismos humanitarios que se encontraban tanto dentro como fuera de la sede del tribunal, quienes lo recibieron con aplausos y gritos de euforia.
Antes de conocer el veredicto, Von Wernich rompió el silencio que mantuvo durante gran parte del proceso y, mediante citas bíblicas, aludió a la necesidad de "reconciliación" y apuntó contra quienes declararon en su contra. "El testigo falso es el demonio, porque está preñado de malicia", dijo el sacerdote, enfundado en un chaleco antibalas con el que se presentó cada vez que presenció las audiencias.
Horas antes, la defensa de Von Wernich argumento que el religioso solo "prestaba servicios sacramentales" a las personas detenidas por la dictadura. Sin embargo, en las audiencias, numerosos testigos declararon que Von Wernich colaboró con la dictadura ejerciendo el rol de "agente de inteligencia". Entre otras cosas, indicaron que el sacerdote se ofrecía a confesar a detenidos ilegalmente en centros clandestinos de la dictadura para sacarles información y que incluso participó en sesiones de tortura.
Espero que este hombre reciba su merecido después de todo lo que ha hecho y no se olviden sus actos por pertenecer a la Iglesia, como pasa en muchas ocasiones. Es que el tío tiene cara de mala leche, ¿eh?.
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4 comentarios:
que se pudra en el infierno con su diablo. torturador asesino
Que contento me pongo cuando veo noticias de estas y que triste estoy, por que en este pais eso no se hizo, sino que la izquierda tuvo que callar la boca y dejar que asesinos franquista no pasasen por juicios, que verguanza.
Recuerden que el sr.presidente de la junta de galicia tantos años, firmo la última sentencias a muerte de este país.
Es importante que salgamos de este bucle, que ya llevamos siglos con los mismo, y lo expresemos claramente para no seguirnos repitiendo eternamente.
¡¡¡Un cerebro en cada empresa!!!. Los capitalistas debe limitarse a disfrutar del placer del dinero, pero no deben tomar decisiones. Las decisiones deben de ser de los cerebros probados. La inteligencia es simplemente anticipar los resultados antes que los demás.
Lo único que nos sacará de ésta es que aceptemos que el ser humano está por encima del capital. En caso contrario veremos cada vez más atrocidades, como este párroco de cerebro frito y corazón bursatil.
Desde que se habla de una figura representativa de la Iglesia enfrentando juicios, se hace presente la polémica y el escándalo. Muy bochornoso el caso, y así hay muchos más alrededor del mundo, los cuales no son conocidos. Se saben de sacerdotes homosexuales que abusan de niños y la iglesia los amapara y proteje. Me alegro mucho de que este final haya sido diferente.
Saludos desde Panamá.
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